El fin de tener una mente abierta,
como el de una boca abierta,
es llenarla con algo valioso.
Gilbert Keith Chesterton
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, en este y otros espacios se ha hablado bastamente del perfil de intolerancia de Andrés Manuel López Obrador, esto no es nuevo, pero es importante recordar para entender las actitudes del tabasqueño y como junto con su 4T se ha encargado de atropellar todo aquello que se interponga en su proyecto de transformación, así lo ha hecho con personas e instituciones, no acepta un no como respuesta como en el caso de la Ley de la CFE, donde ya amaga con cambiar la Constitución.
Así han sido estos estos 27 meses donde han desdeñado la opinión de los expertos, los consejos de economistas, científicos, legisladores, empresarios y sociedad civil, no escucha a nadie, como dice la canción “su palabra es la Ley” y los contrapesos se están venciendo por las presiones del que se dice respetuoso de los otros Poderes de la Unión. Así la Cámara de Diputados no le cambió ni una coma a su Ley de la Industria Eléctrica, eso sí, simularon un parlamento abierto en la materia. Mientras para el juez que otorgó dos amparos sobre la reforma, se disparó una campaña de desprestigio encabezada por el jefe del Ejecutivo.
El “Pejelagarto” está que trina de coraje porque el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa, Especializado en Competencia Económica, otorgó dos suspensiones definitivas que detienen, hasta que se resuelva de fondo el juicio de amparo, la entrada en vigor de “todas las consecuencias derivadas del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica”.
Pronto, muy pronto sabremos el desenlace de la historia que va a marcar el rumbo de lo que resta del sexenio de López Obrador, si la Suprema Corte falla inconstitucional, ya mostró que su camino no será el institucional, ni el respeto, sino que va a mandar a su corte mayoritaria en el Congreso de la Unión para reformar la Constitución. Que la Carta Magna se adapte a su ley eléctrica y no como debería ser.
Las benditas redes sociales nos recuerdan la sátira política de la película “La Ley de Herodes” de 1999 cuando gobernaba Zedillo y el PRI tenía más de 70 años en el poder. En la cinta, el actor Damián Alcázar, irónicamente encarna a un presidente municipal que se enferma de poder y cambia de la Constitución lo que no le parece y lo acomoda a su gusto para gobernar… este film de Luis Estrada, tiene un final trágico para el personaje, y nos mostraba lo cíclico que podía ser la historia con el priismo que imperaba en la época, pero como siempre la ficción supera a la realidad en tiempos de la 4T.
Hay antecedentes de mandar “al diablo las instituciones”, el rencor le supura por los poros al inquilino de Palacio Nacional, el resentimiento es cosa de todos los días, el regreso al pasado es inminente por un presidencialismo más recalcitrante que nos grita “el Estado soy yo” y nadie más. El presidente ya decidió su estrategia y nos despejara las incógnitas, el presidente va de frente, por su cambio y su proyecto que es personal, a medida como avance el sexenio y sienta como se le escapa el poder, López se va a radicalizar más… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
¿Qué Porfirio Muñoz Ledo se va de Morena? El octogenario político es de las pocas voces críticas que le quedan a ese “movimiento”.
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Hasta la próxima.