Toluca, Estado de México
Si todos nos cuidamos y le damos un respiro a quienes están en la primera línea de atención a COVID-19, seguro lo agradecerían mucho, manifiesta Marco Antonio Valenzuela Tapia, quien cuenta su experiencia al haber contraído y superado este padecimiento, gracias al profesionalismo y calidez del personal del Centro Médico “Lic. Adolfo López Mateos”.
Desde su hogar, en el municipio de Zinacantepec, sólo tiene palabras de agradecimiento, ya que gracias a médicos, enfermeras, camilleros y personal de apoyo, hoy se encuentra acompañado de su hijo y su esposa, quienes le ayudan en su proceso de recuperación, lo que equivale para él una nueva oportunidad y el medio para hacer un llamado a la población en general, de que el virus existe y puede afectar a cualquiera.
Relata que a mediados de mayo inició con los primeros síntomas y acudió con un médico particular, quien tras auscultarlo determinó que presentaba síntomas que hacían sospechar de la presencia del virus SARS-CoV-2, además de que ya presentaba cierta dificultad respiratoria, por lo que le sugirió acudir a un hospital y de inmediato se trasladó a esta unidad del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), pues tenía buenas referencias.
Precisa que ante la incertidumbre que genera saberse portador de esta enfermedad, puso toda su confianza en estos profesionales de la salud, pues desde el primer momento fue atendido con prontitud y al saberse en buenas manos, después de varios días y luego de que lo conectaran al oxígeno en el área de Urgencias pudo dormir varias horas.
Tras realizarle diversos estudios se confirmó el diagnóstico y fue trasladado al tercer piso del Centro Médico, pero llevaba casi un día sin poder comunicarse con su familia, sin embargo, grata fue su sorpresa cuando, mediante una videollamada, pudo hablar con su esposa y poder transmitirle que estaba bien atendido y estaba luchando, junto con los médicos para superar el COVID-19.
“Porque al fin y al cabo somos un equipo, tanto ellos como los pacientes queremos recuperarnos, entonces al hacerlo así, traté de poner lo más de mi parte, para facilitarles la, de por sí, difícil tarea que tienen de atendernos a los pacientes, ahí en el Centro Médico”, manifiesta Marco Antonio.
Tres días después de su ingreso, escuchó con agrado que su médico le informó que había evolucionado favorablemente y le darían de alta para concluir su recuperación en casa, lo cual fue un aliciente, pues, dice, es triste conocer en el hospital la historia de otras personas que no tuvieron la misma fuerza, la salud que yo y que lamentablemente fueron derrotados por la enfermedad.
Marco Antonio comenta que escuchó a lo lejos videollamadas que eran interrumpidas porque los familiares se quebraban al ver la lamentable situación de sus seres queridos e imagina que para el personal médico y de enfermería, debe ser frustrante que a pesar de todos sus esfuerzos, de las instalaciones que tienen, de sus conocimientos, muchas veces son superados y tienen que dar malas noticias.
Hoy, manteniendo las medidas de higiene, de sana distancia y todos los cuidados quiere dar un mensaje a los ciudadanos, decirles que COVID-19 es una enfermedad real, el virus existe y le da a personas reales, por ello es importante aplicar medidas simples como lavarse las manos y no tocarse la cara, porque el virus ya está por todos lados, cualquier cosa puede estar contaminada, pero acciones tan sencillas pueden marcar la diferencia.