El hombre es el medicamento
del otro hombre.
Ikram Antaki
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Muchos advirtieron el peligro que Andrés Manuel López Obrador era para México en una campaña artera en el 2006, cuando llegó Felipe Calderón y lo repitieron en el 2012 con Peña Nieto, para el 2018 la idea ya no la compró el electorado y el Pejelagarto llegó a Palacio Nacional con una contundente victoria avalada por el INE y lleno de legitimidad de la que no gozaron sus dos antecesores porque AMLO se las quitó.
Ya no se puede esconder la intolerancia que brota de los poros del tabasqueño y se extiende a sus cercanos quienes están embriagados de poder, vemos su actitud de perdonavidas hacia quienes no piensan como ellos, hacia los que hacen crítica valida sobre su soberano, y creen que el poder les va a durar para siempre, pero ahí está el ejemplo de los panistas con Vicente Fox y Felipe Calderón, la soberbia los consumió, se enfermaron de poder tanto que insisten en regresar y con estos no tendría por qué ser diferente.
Así López ha repetido una y otra vez que cuando termine su sexenio se va a la Chingada y todos lo esperamos así, aunque también advierten que se hacen los ensayos pertinentes para buscar quedarse unos años más, puras especulaciones hasta el momento, pero el inquilino de Palacio Nacional nos regala constantemente pinceladas de autoritarismo que se van a radicalizar conforme avance el tiempo de su mandato.
En estos tiempos de la 4T, el poder Ejecutivo tiene la supremacía sobre los otros, no hay ninguna duda que la mayoría que tiene en el Legislativo come de la mano del presidente, así como en los tiempos del PRI, mientras la oposición partidista sigue borrada y no les alcanza para nada, ni para hacer una buena campaña política de esas de los setenta. Para realizar ese proyecto que posee en la cabeza López Obrador tiene que destruir a las instituciones y formar unas nuevas que le respondan a gusto, por eso la embestida contra el INE y sus consejeros.
Pero la cosa no para ahí, ahora viene una reforma para el Poder Judicial que está sumido en la corrupción, en el nepotismo, amiguismo y una lista interminable, el asunto es que eso no le corresponde al Ejecutivo, es una clara invasión a la autonomía, aunque el discurso oficial va por otro lado.
Como estarán las cosas sobre la ampliación de dos años más del presidente de la SCJN que los diputados morenos Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez y Lorena Villavicencio no lo ven con buenos ojos, saben que es una intromisión. Pero no son los únicos, inclusive de fuera llegan críticas sobre lo que pasa en el país.
La organización Human Rights Watch, consideró que se trata de una amenaza a la independencia judicial de México. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos por su parte, llamó a garantizar la duración de los cargos en la Corte, sin embargo, el presidente López insiste en que el proceso es constitucional.
Dígame estimado lector, si el presidente no nos regala pinceladas de autoritarismo en querer controlar absolutamente todo, que nada se mueva, que nada pase sin que él lo determine, ni los más rancios priistas tuvieron esas intenciones, cuidado el ganso juega con la democracia y es peligroso… Y Zaldívar, ¿dónde está? ¿Por qué tan calladito el ministro presidente de la SCJN?… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
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