Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito,
yo me enorgullezco por lo que he leído.
Jorge Luis Borges
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Al presidente de la República ya no le gustó el papel que está jugando la gobernadora de Campeche Layda Sansores, quien evidentemente está atropellando el Estado de Derecho que debe imperar, en todo caso se deben presentar las denuncias y debe ser la justicia quien se pronuncie sobre el caso de Alejandro Moreno y si hay delitos que se actúe como debe ser. El Pejelagarto le llamó la atención a Sansores por las formas, calificó de “indigno” el video que se difundió del cateo a una de sus propiedades, guardando las distancias, parece un “montaje” de esos que tanto criticaron en los tiempos de Felipe Calderón y Genaro García Luna con el contubernio de Televisa.
La folclórica gobernadora se ha encargado de vapulear al tal “Alito”, no ha habido semana que no presente audios, que, a decir de cercanos al mismo presidente del PRI, lo pintan de cuerpo entero. La cosa no para ahí, el papel de títere que está jugando Renato Sales Heredia lo pone en una situación verdaderamente comprometida ya que el fiscal de la entidad, no hace mucho formó parte del gabinete del mismísimo Enrique Peña Nieto, luego cuando vio que el barco se hundía fue de los que saltó a los brazos de Morena para hacer campaña en nombre de López Obrador.
Por la buena o por la mala, infringiendo la Ley o no, lograron que Alejandro Moreno saliera del país para denunciar la persecución que sufre en instancias internacionales como Ginebra. Aunque su vocera lo desmintió, también es un hecho que sus abogados están trabajando fuertemente para conseguirle unos amparos, ya hasta denunciaron que ningún juez quiere otorgarle ese beneficio, desde Campeche suena fuerte que en cualquier momento podrían obsequiar una orden de aprensión contra Moreno Cárdenas, motivo suficiente para transformar las denuncias en otros países en una especie de autoexilio para intentar evadir a la “justicia”.
Claro que se puede leer como una triple jugada desde Palacio Nacional. Por un lado, el presidente se pronuncia en contra en un contexto de violencia y encontronazo con parte de la iglesia católica por la muerte de los dos jesuitas y apela a su falso humanismo que alcanza hasta uno de sus adversarios. Por el otro, tiene a la oposición donde la quería, con un tal “Alito” a salto de mata y contrastando la corrupción del presente con la del pasado, es decir hablar de Javier y César Duarte quienes dijeron que no se iban, terminaron huyendo del país y formaron parte del nuevo PRI de Peña Nieto. La tercera jugada, ahora que se habla de posibles acuerdos de la 4T con el crimen organizado, sacar del ropero a su villano favorito, Felipe Calderón Hinojosa y al convicto Genaro García Luna acusado de nexos con el narcotráfico en Estados Unidos, pero que también lo puede meter en un problema luego de que la defensa del exsecretario de Seguridad Pública involucró a AMLO en el caso.
Así cada día que pasa la oposición aliancista se desarticula más. En la casa de enfrente, los panistas le pidieron veladamente la renuncia a Marko Cortés igual que a “Alito” pues se reúsa a dejar el cargo, los dos tienen aspiraciones presidenciales, pero son solo sueños guajiros. Si la elección fuera hoy, Morena retendría la presidencia con un 43% de intención del voto, no importa con quien la jugara, Adán Augusto, Marcelo Ebrard o Claudia ganaría, así que López los tiene donde quería y no hay necesidad de marrullerías, se están convirtiendo en lo que tanto criticaron… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
¿Sheinbaum seguirá defendiendo a Florencia Serranía? O ¿Será su chivo expiatorio?
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