Fernando Castro Borges
Hay personas que marcan la historia por su aportación. Vidas que fueron parteaguas dentro de una sociedad; que fueron precursores y que aceptaron la responsabilidad que ello implica. Tal es el Caso de Griselda Álvarez Ponce de León.
Esta notable mexicana que nació el 5 de abril de 1913, en Guadalajara Jalisco; estudió para maestra normalista; además de que en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se tituló como licenciada en Letras Españolas.
Escritora, maestra, y política, pero sobre todo vanguardista. Protagonista de la historia del México postrevolucionario. A lo largo de su desarrollo en la vida pública, Griselda Álvarez, siempre fue caracterizada por una pasión definida; ya que se concentró en procurar mejores condiciones en lo educativo y en el desarrollo social; siempre comprometida con los derechos de los más desprotegidos.
Griselda Álvarez, ocupó diversos cargos públicos de manera destacada, dejando una honda huella en las instituciones de las que formó parte; fue Directora de Prestaciones Sociales del IMSS, impulsando el arte, los talleres laborales y el deporte; también fue Senadora de la República donde fue una incansable luchadora del reconocimiento de los derechos de las mujeres, Protagonizando en diversas ocasiones actos valientes y con voz fuerte dentro de la Cámara Legislativa.
En 1979, contendió para la Gubernatura de Colima, llegando a ser la Primera Gobernadora del país. La administración que encabezó, se distinguió por la congruencia de sus convicciones.
En Colima, durante su administración, hubo prosperidad, se destacaba una paz social en sus calles y comunidades, trabajando todos para llevar el progreso sostenido del estado a buen puerto. Es por ello que en 1996, se reconoció su esfuerzo y resultados en el ámbito político, haciéndola acreedora de la medalla Belisario Domínguez.
En las letras, llegó a ser reconocida como una de las más importantes plumas del siglo pasado.; ya que su genio se reconoce con la extensa bibliografía publicada, que abarcó la poesía, “Sombra niña” (1965); sonetos “Anatomía Superficial” (1982) y en la prosa destaca “Cuesta Arriba (Memorias 1993)”.
En su productiva obra existe un documento que considero un legado, para la reflexión. Una pieza literaria que debemos conocer todos los mexicanos: “Carta Matrimonial”. Está mexicana valiente y visionaria convenció al presidente Echeverría que la Epístola tradicional de Melchor Ocampo, promulgada en 1859, era de otra época, ya era anacrónica; por lo que se dio a la tarea de escribir una nueva. Dando un sentido más actual, poniendo en paridad de responsabilidad a la mujer y al hombre, en la convivencia conyugal.
El trabajo incansable, rindió frutos. Griselda Álvarez tuvo la visión de ser protagonista, fue un factor disruptivo dentro de la sociedad. Nos mostró el compromiso que debe tener una sociedad para vivir en igualdad de condiciones para el fortalecimiento de la patria.