Fernando Castro Borges
El 15 de febrero Ngozi Okonjo-Iwealaya, fue electa como la Directora General de la Organización Mundial de Comercio, siendo la primera mujer y ser el primer representante del continente africano en ocupar este trascendental cargo.
Esta economista tendrá la responsabilidad a partir del 1 de marzo de dirigir al máximo organismo regulador de comercio, un encargo en el que deberá mostrar su liderazgo para frenar el proteccionismo, como uno de sus principales retos.
Esta nigeriana cuenta con todas las credenciales que avalan su pleno conocimiento y manejo del tema; fue graduada Magna Cum Laude en Economía por la Universidad de Harvard (1976), y cinco años más tarde se doctoró en Economía Regional y Desarrollo Económico por el Instituto Tecnológico de Massachusetts; ha ocupado diversos cargos públicos de su país destacando ser la Ministra de Finanza y anteriormente había sido ministra de Relaciones Exteriores; a inicios de este siglo fue Directora Gerente del Banco Mundial, obteniendo un respaldo total de la Unión Africana.
Ngozi Okonjo-Iwealaya en pocos días será la cabeza de una institución en la que desde hace medio año, por la renuncia del brasileño Roberto Azevedo, no cuenta con la Dirección General; así que se encontrará una Institución opacada por una profunda crisis de credibilidad, el reto es mayúsculo, en poco tiempo tendrá que instaurar una mesa de dialogo con China y Estados Unidos para dirimir las disputas arancelarias que tienen estos dos países desde hace más de dos años, igualmente enfrentar temas globales y determinar las reglas del comercio digital.
Es importante recordar que la OMC, creada apenas hace 27 años con el Acuerdo de Marraquech, es la única institución en ocupar las normas globales que rigen el comercio entre los países; garantizando las negociaciones de mercancías entre las 164 naciones afiliadas para que fluyan con la máxima libertad.
Nuestro país es parte de la OMC. México ha encontrado beneficios muy concretos en este organismo. Por ejemplo su participación destacada en la apertura de mercados con la firma del GATT/OMC; así como tener la posibilidad de acudir al mecanismo de solución de diferencias cuando nuestros derechos han sido violentados. No obstante la Organización Mundial de Comercio es determinante para asegurar los acuerdos regionales que impulsen los mercados internacionales.
Ngozi Okonjo-Iwealaya, será determinante su actuar en los próximos años dentro del comercio global, su trayectoria de vida la ha encaminado a ocupar uno de los cargos más importantes que rigen la dinámica del intercambio de mercancías en el orbe. El hacer negocios es parte del ser humano, es una actividad que nos identifica como habitantes de este planeta. El desafío es mayúsculo, debe adecuarse la OMC al nuevo modelo mundial promoviendo una mayor participación mercantil entre países, asimismo debe garantizar el flujo de mercancías en épocas de pandemia, además de adecuarse a las prácticas que está generando el Comercio Digital.
Los países miembros la respaldan, ha tenido una franca aceptación. La nueva Directora General se verá fortalecida en cada una de sus acciones, porque el orbe así lo necesita y ella lo reconoce al afirmar: “Nuestra organización enfrenta numerosos desafíos pero trabajando juntos, colectivamente, podemos hacer la OMC más fuerte, más ágil y mejor adaptada para las realidades actuales”. La Directora de la Organización Mundial de Comercio, conoce muy bien la realidad global y está dispuesta a continuar haciendo historia.